La crisis derivada de la guerra en 2012 ha empobrecido todas las estructuras estatales, en especial el sistema de salud ya de por si deficiente en un país con pocos recursos ha quedado todavía más debilitado. Muchos trabajadores sanitarios han huido del país y acceder a la atención médica sigue siendo difícil para la mayoría de la población.
Sala es un pequeño pueblo a las afueras de la capital de Mali, Bamako. Ante las pésimas condiciones del centro médico sus usuarios, en su mayoría personas sin recursos, tienen pocas posibilidades de mejora.
Laia y Marina son dos voluntarias que ante esta situación iniciaron un proyecto de reforma del centro médico comunitario de Sala y mejorar sus instalaciones. Dentro del proyecto se impermeabilizaron los techos, se renovó la instalación de luz y agua, se restauró y compró nuevo mobiliario, se pintó el exterior e interior y se repararon las puertas y ventanas.
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