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EDU BATET

Voluntario de CC ONG
“ Creo que cuando viajas te quitas de encima muchas tonterías, muchos estereotipos… “

Estamos en el teatro Apolo donde nos encontramos con Edu y empezamos con la primera pregunta que hacemos a todos los caminantes ¿Eres de mar o de montaña?

Me encanta el mar, vivo cerca de la playa y me encanta el sonido de las olas, notar la arena mojada en los pies. A veces tengo ruido mental e ir al mar me relaja, me ayuda a conectar conmigo, con mi cuerpo.

Con 23 años, en el 2001 fuiste el primer voluntario de CCONG en ir a Hombori (Malí). ¿Cómo fue hacer este viaje siendo tan joven?

Fue un shock. Este viaje fue una mezcla de muchas cosas. Mi padre se había muerto hacía relativamente poco. Era un viaje que no había planeado hacer pero que surgió. Y la verdad es que yo no me esperaba encontrar tantas cosas en ese viaje. Fue un antes y un después  en mi vida muy importante. 

¿En qué sentido?

Fue un cambio a nivel humano, cambió lo que yo pensaba sobre la vida, sobre la muerte, la felicidad… sobre todas las cosas. Este viaje me cambió la vida. 

¿En qué crees que te cambió la vida?

Se acababa de morir mi padre, y estaba en un momento en el que nada tenía sentido. Estaba buscando muchas respuestas y no las encontraba. Y aunque fui a este viaje sin ninguna expectativa fue como hacer un reset. No esperaba nada y acabé encontrando cosas muy especiales. Cuando estás allí el ritmo de vida, la mentalidad de la gente, todo parece diferente. Creo que lo que más me chocó  fue ver cómo se relacionan con la vida y la muerte. Fui allí con la idea de arreglar el mundo y la primera sorpresa fue encontrarme que allí la gente parecía feliz. Es gente que no tiene nada pero siempre tienen una sonrisa en la cara. Eso aquí no es tan habitual. También me di cuenta de que las condiciones son tan duras que tienen que aceptar la muerte y que eso les despoja del miedo, aquí con muchas más facilidades vivimos con una sensación de miedo casi permanente. Me pareció que de alguna manera vivían más en sintonía con la vida. Vivir esta doble realidad es un impacto muy grande.

¿Este viaje te cambió la idea que tenías de la vida y la muerte?

Totalmente. Sobre todo porque iba buscando respuestas y me sentí liberado al darme cuenta de que no existen las respuestas. Las cosas pasan y no hay que darle tantas vueltas. Allí me di cuenta de que la muerte era un hecho mucho más cotidiano y ver cómo la aceptaban me hizo pensar que quizás aquí le damos demasiadas vueltas a las cosas en busca de un sentido. Aprendí a aceptar la muerte y creo que no hubiera entendido todo esto sin haber hecho este viaje.

¿Te costó la vuelta a Barcelona?

La cultura de allí es totalmente diferente. Sobre todo cuando llegas, te cuesta mucho adaptarte y los primeros días vas totalmente perdido. Todo te impacta, incluso hay cosas que no te gustan, que te parecen injustas pero aun así el contraste de cómo se vive aquí y cómo se vive allí… Cuando volví los primeros días estaba super desubicado y me refiero en un sentido espiritual. Tenía una cosa clara, la manera de vivir que tenemos aquí no era la correcta o si más no la más beneficiosa para el cuerpo. Viajar me ayudó a encontrar un término medio entre los dos lugares.

¿Recomendarías hacer este viaje a esa misma edad?

Creo que viajar es súper importante porque nos da una visión del mundo que es imposible tener si no lo haces. Creo que cuando viajas te quitas de encima muchas tonterías, muchos estereotipos… A veces opinas sobre cosas que hasta que no las conoces de primera mano no te das cuenta de cuál es su dimensión real. Para empezar ya te das cuenta de lo grande que es el planeta, a veces si no sales de tu ciudad o tu país no ves más allá y es necesario salir para entender otras realidades. Yo lo recomiendo a una edad como la que yo lo hice pero ojalá que lo hubiera hecho antes. Aunque creo que en mi caso fue el momento correcto y me cambió la vida. 

¿Qué has aprendido como voluntario?
Cuando me embarqué en este viaje yo tenía la sensación de que
siendo el primer viaje de la ONG iba a ayudar pero también era un
poco el testigo de este primer contacto. Y he de reconocer que este
voluntariado en realidad fue muy beneficioso para mi. No sé si fue
tanto lo que aporté, espero que sí porque siempre aportamos algo a
los demás cuando viajas pero la realidad fue que a mi el viaje me
aportó muchísimo.