Voluntaria de CCONG
“ Sí creo en la buena voluntad de cada uno de nosotros y el que
podamos hacer algo, aportando nuestro granito de arena. “
¿Eres de mar o de montaña?
Uy! Qué difícil… Me gusta hacer submarinismo, estar en las rocas pero no me gusta ir a la playa. Si tuviera que escoger me quedaría con la montaña. Me gusta mucho salir a caminar y lo hago de forma regular. Prácticamente cada día salgo a pasear con mi perra y aunque tengo muchas cosas en la cabeza hago el ejercicio de tratar de identificar qué pájaros hay a mi alrededor.
Eres bióloga ¿cómo supiste que te querías dedicar a esto?
Siempre quise ser bióloga. De pequeña me gustaba mucho los animales, los documentales de fauna y todo lo que tenía que ver con la naturaleza. De hecho, cuando me preguntaban qué quería ser de mayor les decía, científica viajera. Yo quería ir a estudiar los leones a África. Ese era mi objetivo, estudiar bichos por el mundo.
¿A nivel práctico qué te ha enseñado la biología la vida?
Sobre todo, que somos un puntito de nada en este planeta, que somos insignificantes pero que para lo insignificantes que somos lo estamos destruyendo bastante. Lo que he aprendido es la gran diversidad que hay en este planeta y que aunque no somos nada tratamos de controlarlo todo. ¿crees que el ser humano como especie tiene esperanza? No, no tenemos esperanza. No confío en la humanidad, soy misántropa. En general prefiero la naturaleza y los animales que las personas entendidas como grupo, como humanidad. No creo en la humanidad creo que nos lo cargamos todo, que en general nos movemos solo por intereses y veo poca esperanza en nuestro futuro. Soy un poco catastrofista en este sentido
Como bióloga, ¿cómo ves algunos de los problemas que afectan a los países más pobres de África en cuanto a salud, cambio climático…?
Veo que hay muchos problemas que se podrían solucionar si tuviéramos una mirada un poco más conjunta. Si no miráramos solo por nosotros. Por ejemplo con el tema de la malaria, ahora se está empezando a hacer algo para que no muera tanta gente por culpa del mosquito pero no se ha hecho más porque no es un problema que afecte aquí. En general creo que tenemos una mirada bastante individualista. También me doy cuenta de que debido al cambio climático hay zonas en África donde cada vez el territorio se vuelve más hostil. Me quedo sorprendida de ver que hay gente viviendo en el Sahel, dónde parece que solo hay arena y dunas. Y ver cómo hay plantas y animales… me sorprende mucho ver cómo la vida se puede adaptar a un medio tan hostil.
¿En qué consistió el trabajo que hiciste en Malí?
Analizamos en agua de boca que estaban bebiendo en todos los poblados. Solo en un par de casos se trataba de pozos cerrados, que recogían el agua con la bomba y en el resto de casos eran pozos abiertos o balsas de donde también bebían los animales. El objetivo era ver si esas aguas estaban contaminadas o no. El resultado fue que toda el agua lo estaba. Enlazando con este estudio, revisamos la letrinas que se habían hecho desde CC ONG La contraparte en Malí se dedicaba a hacer la concienciación a la población para que las usaran, precisamente para no contaminar las aguas que se estaban bebiendo. Con Carmen estuvimos yendo por todos los poblados visitando todas las letrinas y comprobando si estas habían sido usadas. Nuestra sorpresa fue que en la mayoría de casos no se habían utilizado. Faltaba más trabajo de concienciación para que entendieran que debían de dejar de usar el campo para no contaminar el gua de bebida y así evitar enfermedades
sobre todo en los niños que son los mas vulnerables en cuanto a sistema inmunológico. El año siguiente estuvimos haciendo entrevistas a las mujeres de los poblados que tenían hijos que habían muerto de malaria. Todas las mujeres tenían algún hijo que había muerto de ,malaria. Y eso lo intentábamos relacionar con el hecho de si en el poblado había una balsa cerca o no por el tema de los mosquitos y si en esa balsas había peces o no porque los peces se comen las larvas de los mosquitos. Tratábamos de encontrar una relación entre estos factores y la enfermedad. La conclusión de este estudio fue que no eran factores influyentes a la hora de contraer la malaria.
¿Imaginaste alguna vez la posibilidad de hacer un voluntariado?
Sí, siempre había querido ir a hacer algún voluntariado. El primero que hice fue al acabar la carrera en la India. Donde trabajé de voluntaria con madre teresa de Calcuta. Siempre tuve la idea de hacer un voluntariado con personas, más que con animales porque también me gusta esta parte social. Y el siguiente ya fue en África
porque siempre me atrajo. El primer año en Kisito en Burkina Faso y después a Camerún y las 3 veces siguientes ya estuve en Mali. Todo con CC ONG.
¿Cómo alguien que se declara misántropo acaba haciendo tantos años un voluntariado?
Porque no confío en la humanidad refiriéndome a los que están arriba, a los que tienen el poder. Creo que ellos siempre se mueven por sus intereses y por eso no tenemos algunas cosas como la vacuna de la malaria pero al mismo tiempo sí creo en la buena voluntad de cada uno de nosotros y el que podamos hacer algo,
aportando nuestro granito de arena. Veo mucha gente a mi alrededor que si ayudan a los demás y yo quiero ser una de ellas, creo que podemos aportar un poquito.
¿Cómo valoras la experiencia de voluntariado?
Muy positivamente. Creo que es una de las mejores cosas que he hecho en la vida. Me lo he pasado muy bien todas las veces y, de hecho, dejé de ir porque empezó la guerra en Malí pero no descarto volver. Prefiero este tipo de viaje, como voluntaria, donde te quedas en un sitio fijo y vas conociendo a la comunidad y haces cosas con ellos que viajar visitando lugares. Creo que no conoces tan bien a la gente del lugar como cuando haces un voluntariado. Vives una experiencia mucho más intensa.
¿Qué has aprendido como voluntaria?
Que tenemos mucho pero que podemos vivir con muy poco. En realidad muchas de las cosas que tenemos son necesidades que nos hemos creado nosotros o que nos crea la sociedad pero que en realidad con muy poquito podemos pasar y repartir mejor.