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CAMINANTES

Marta Rubio

Delegada de CCONG en Barcelona

“ Creo que su forma de ser, su sonrisa permanente en situaciones muy extremas , es lo que me llevé.»

¿Eres de mar o de montaña?
Antes era mucho de mar pero cada vez soy más de montaña. El tema del contacto con el agua y el mar me gusta pero cada vez me
gusta más la sensación de subir una montaña, el aire que se respira, me da más sensación de salud y me transmite más calma. La
combinación perfecta sería tener una montaña y una zona de playa cerca. Eso sería lo perfecto.

¿Por qué decidiste ser maestra?
La verdad es que no fue una idea que tuve desde niña. Yo dudé en algunos momentos pero sí que era una cosa que siempre me había
atraído. Las ganas de poder transmitir a los demás unos aprendizajes y poder ayudarles a crecer como personas. Creo que eso fue el detonante que me hizo pensar que era una profesión interesante. Que podías dejar tu fruto en la tierra al poder transmitir tu saber a niños que están creciendo, que se están creando.

En el año 2002 hiciste tu primer viaje a África con un convenio con la universidad de Barcelona para hacer el proyecto de una
escuela. La primera que construyó CCONG. ¿Qué recuerdas de aquella experiencia?
Brutal, para mí fue una experiencia de las más importantes de mi vida, única. Empezar a trabajar con CCONG para desarrollar este
proyecto junto con la universidad de Barcelona… Mientras estábamos aquí todo el trabajo era sobre papel pero después vino el
viaje y poner los pies en África, fue como un chute de energía y una experiencia maravillosa.

¿Podrías hablarnos un poco de la importancia y del cambio que representa para una comunidad como Hombori a XXX km de la
capital la construcción de esta y tantas otras escuelas que se construyeron?
Yo creo que es muy importante. Al final el futuro de las civilizaciones está en los más pequeños en los que se tienen que formar y darles la
oportunidad de ofrecerles un espacio como una escuela donde puedan ir a aprender, donde puedan formarse es básico para que su comunidad no desaparezca y puedan tener las formas de poder seguir estando allí con más conocimientos. Hombori está muy lejos de donde se les podría ofrecer escolarización, por eso creo que es una de las grandes labores que hace CCONG en este sentido.

Uno de los niños de Garmi que entró como alumno de estas escuelas construidas por CCONG en Hombori, está a punto de ser
doctor, otros se han hecho maestros… ¿Qué se siente al ver este resultado?
Mucho orgullo de formar parte de CCONG y de que se haya hecho todo este trabajo. Al final yo soy un granito muy pequeño de toda la cadena
pero pienso que todos en nuestras posibilidades contribuimos en que ellos puedan tener estas oportunidades y me hace sentir muy feliz.

Eres maestra de la escuela Estel en Barcelona, ¿Les hablas de tu trabajo en África?
Sí, tanto en esta escuela donde estoy desde hace 4 años como en la que estuve anteriormente. Siempre les he hablado de todo el proceso que
tuvimos que hacer para el desarrollo del proyecto de la escuela. Justamente este año, en la escuela Estel que cada año hacemos una semana dedicada a un tema interdisciplinar, se ha dedicado a África. Ha venido Rafa para poder explicar lo que es una ONG, qué trabajos se hacen, les enseñó fotos y los demás pues también, cada uno desde su edad, poder entender lo que era el continente… Les hablo mucho de África.

¿Qué importancia crees que tiene este ejercicio de sensibilización?
Pienso que es muy importante, al final los niños y las niñas están muchas horas en la escuela y todas las cosas que se les pueda ir transmitiendo de valores, de forma de actuar delante de situaciones más extremas es muy positivo. También, poderles mostrar la diferencia entre lo que ellos tienen y lo que tienen los niños de África y hacerlo cuestionando el concepto de lo que significa tener. A lo mejor ellos tienen muchas cosas materiales y los niños de África no, en cambio emocionales puede que tengas más. Pienso que el trabajo de sensibilización en la escuela en relación con estos temas es muy importante.

¿Qué te ha aportado ser voluntario?
He estado 3 veces en África y creo que al final lo que me he llevado es un cambio en la manera de ver la vida. Cuando no conoces otras realidades, solo la tuya, te piensas que eres como el ombligo del mundo y lo ves todo desde nuestra sociedad que no tiene nada que
ver con la sociedad, en este caso, de un país como Malí y pienso que su manera de tomarse la visa, su residencia, todo esto es lo que me llevé. Ahora, delante de un problema que pueda tener o de una situación que pueda vivir intento irme allí y pienso, ¿Cómo lo resolverían? Y creo que su forma de ser, su sonrisa permanente en situaciones muy extremas, es lo que me llevé.