Saltar al contenido
CAMINANTES

Carmen Laporta

En recuerdo a Guillem Martí Brassó voluntario de CCONG ( voluntario y delegado 2003-2019)

“Guillem no sólo hacía muchas cosas por los demás, también tenía grandes proyectos”.

1.¿Eres de mar o de montaña?

De las dos cosas, con Guillem hemos ido mucho al  mar por los niños y también a la montaña, mi marido era alpinista. Hemos estado en los Alpes y con la roulotte después fuimos por todas partes

2.¿Cómo os conocisteis con Guillem?

Guillem era del Grupo Excursionista de Gracia e hicieron un cursillo. Justo me tocó estar sentada a su Lado. Él iba explicando cosas y así nos fuimos conociendo. Después de hacer una excursión muy bonita, Guillem me pidió mi dirección para darme las fotos que había hecho. A mi madre le pareció bien, si es un amigo tuyo… Con la excusa de las fotos venía a verme a casa y así empezó todo.

3.¿Corremos mucho ahora cuando conocemos alguien que nos gusta?

Me parece una tristeza cómo se conoce la gente ahora. Todo se hace muy rápido y no tienes tiempo de conocerte, de profundizar en quién es la otra persona.

Mi historia fue diferente, sabes aquello cuando conoces a alguien que te llama la atención, entras en una buena amistad… después con respeto se llega a todas partes.

¿Este es el secreto de 55 años de casados?

Pasa lo mismo. No se vale decir que te quiero mucho y al mínimo problema te dejas de hablar. Esto es que no te quieren tanto. En un matrimonio ante todo ha de haber respeto. Nosotros nunca nos enfadamos porque alguno de los dos dijera una palabra mal dicha. El secreto es el respeto, porque con respeto un matrimonio puede durar toda la vida.

¿Así de fácil?

Nosotros teníamos un lema. Cuando uno de los dos llegaba a casa enfadado nos hacíamos una señal. Entonces ya sabíamos que no estábamos de muy buen humor. Después, Cuando estábamos más tranquilos, hablábamos y nos explicábamos lo que había pasado.

Ha sido una vida tan bonita, tan bonita que tengo que hablar con él aunque no esté.

¿Y qué le explicas?

Pues cojo un álbum de fotos y le digo, Guillem te recuerdas cuando estábamos aquí y nos pasó esto y aquello… Y lo miro y sin querer pienso, parece que me ha hecho una sonrisa. Gracias a esto se me ha ido la tristeza.

¿Cómo fue que Guillem decidió hacerse voluntario?

Era una cosa que estaba en él, desde siempre se ofrecía a ayudar a la gente en lo que podía. Mi carácter es demasiado sensible para poderlo acompañar, yo hacía otras cosas. Lo importante para nosotros era que cada cual pudiera hacer aquello que le gusta, que le hacía feliz.

Guillem fue un voluntario muy activo y comprometido con CCONG

Él estaba muy contento con el proyecto de las cocinas solares. Las niñas tenían que ir al bosque a cortar madera para que sus madres pudieran cocinar y gracias estas cocinas pudieron ir a la escuela. Esto fue muy bonito para él y las madres le estuvieron muy agradecidas. Había hablado también de una idea que tenía en mente, un tren que uniera los pueblos del África Subsahariana. Guillem no sólo hacía muchas cosas por los demás, también tenía grandes proyectos.

¿Qué crees que le aportó a Guillem ser voluntario?

Guillem era muy buena persona y poder ayudar a los demás le hizo feliz.

Principales proyectos y colaboraciones:

– Proyecto Ferrocarril Bagaoni

– Proyecto energías renovables en Mali